En los países latinoamericanos se están afrontando una serie de dificultades y la mayor de esta es la crisis económica, que lleva a los países a asumir retos en todos sus niveles; incluso el educativo y, consecuentemente el laboral.
El desarrollo profesional, que permite encontrar y ocupar mejores posiciones en el mercado laboral es el producto de un esfuerzo organizado y formal, centrado en el desarrollo y educación de trabajadores más capacitados.
Para llevar a cabo procesos más certeros y eficientes, es de vital importancia entender en cuáles indicadores se debe invertir y cuáles no son tan apreciados en el contexto de la empleabilidad. Y aquí es donde entran las instituciones educativas, fundamentales para señalar y ofrecer a los profesionales más capacitados para el mercado.
Por esto, es importante resaltar la importancia de pilares e indicadores fundamentales para conocer el estado real de una institución educativa, incluso para medir y analizar dónde colocar los esfuerzos.
Según Marco Antonio González, socio director de la consultora Ernst & Young en México, 85% de los líderes de Recursos Humanos (RH) no logran cuantificar el impacto de invertir en los empleados. Entre otras cosas, porque las instituciones copian los modelos de gestión de talento en vez de crearlos con base a su necesidades.
Es decir, no hay análisis ni se mide o acompaña el proceso formativo de los estudiantes en la institución educativa. Consecuentemente, los nuevos profesionales salen al mercado sin un norte claro, afectando la percepción de la sólida formación que puede o no ofrecer la universidad de la cual es egresado.
Los países de América Latina y el Caribe han hecho un compromiso de priorizar y mejorar la calidad de la educación y la capacitación profesional, a partir de medidores e indicadores que muestren las habilidades académicas y socioemocionales que existen en la región, para contribuir en la competitividad y la transformación productiva de los países.
En toda organización es importante analizar y medir qué impacto, alcance y ganancias ha tenido cada una de las acciones que se han planificado y realizado en cada departamento de la institución.
No sirve de nada realizar acciones sin saber si éstas son efectivas o, por el contrario, no han tenido el alcance que se esperaba de ellas. Eso va a definir en cuál sector podemos invertir más recursos, tanto financieros, como de personal.
El análisis y control es una parte fundamental de toda institución que busque obtener resultados reales, pero puede ser una faceta olvidadas. A veces por tiempo o por presupuesto, muchas veces se deja a un lado. Lo cierto es que son pocas las organizaciones que optan por llevar un buen control de todas las acciones acontecidas.
¿Y si pensáramos en la tecnología como la gran facilitadora de la recolección de datos, análisis y medición de los procesos? Aquí es donde entra Symplicity con sus soluciones efectivas cuando se trata de implementar y medir estrategias de empleabilidad en las instituciones educativas.
Los indicadores de gestión más comunes cuando se trata de medir y analizar esfuerzos y estrategias para aumentar las posibilidades de empleabilidad de alumnos y egresados en el mercado laboral son:
Las instituciones educativas tradicionalmente se orientaban por indicadores que presentaban apenas resultados académicos o económicos, tal como indicador de inscripciones, número de alumnos, tasa de aprobación de las materias, entre otros.
Con los cambios que la tecnología y la demanda laborar pide a la sociedad, las universidades más modernas optaron por indicadores más objetivos y direccionados a resultados de punta a punta del proceso, que aporten más valor para conseguir una visión más global de la organización.
Los indicadores definidos aportan una visión conjunta de la empresa. Por otra parte dependiendo las circunstancias se pueden elegir indicadores más estratégicos para medir acciones más específicas. Pero esto solo es posible si se cuenta con una plataforma que procese y ayude al análisis ágil y rápido de los datos.
Las acciones de empleabilidad en toda institución educativa deben empezar no solo desde el inicio de la carrera que el alumno escoge, sino incluso desde la atracción de los alumnos a las universidades.
Contar con ferias de empleos, alianzas con empresas y un buen plan de ingreso de alumnos y egresados al mercado laboral es clave para la supervivencia de las instituciones educativas.
Contrario a lo que se creía antiguamente, es un proceso que gracias a la tecnología puede hacerse desde una sola plataforma que ofrezca un monitoreo eficiente de resultados.
Symplicity conjuga lo mejor de las expectativas de los alumnos, la formación académica y los planes de las instituciones educativas para impulsar el Departamento de Empleabilidad de su IES.
A través del procesamiento y medición de datos de los alumnos, empresas, eventos de la universidad, vacantes, currículos, entrevistas y más, Symplicity permite una toma de decisión más estratégica, que permite centrar los esfuerzos sin pérdida de tiempo e inversión.
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