La empleabilidad ha pasado de ser un elemento complementario de la educación superior a convertirse en una prioridad estratégica para muchas instituciones. Durante una sesión en la Cumbre de Universidades de América Latina THE 2025, Matthew Small, presidente y director ejecutivo de Symplicity, destacó cómo las universidades pueden aprovechar la empleabilidad para mejorar los resultados estudiantiles y fortalecer su misión social y reputación institucional.
“Colaboramos con más de 1,000 universidades en más de 40 países, incluyendo líderes globales como William and Mary, Georgia Institute of Technology, University of Florida, Purdue University y Auburn University en Estados Unidos, así como con universidades altamente innovadoras en América Latina”, afirmó Small. “Cada una de estas instituciones tiene necesidades únicas y atiende comunidades estudiantiles diversas con desafíos distintos. Lo que conecta a todas ellas no es su tamaño, clasificación o ubicación geográfica, sino la comprensión compartida de que la empleabilidad no es un servicio periférico, sino un componente central de su misión y de su éxito a largo plazo”.
Aunque no hay dos instituciones que aborden este desafío de la misma manera, ha surgido un patrón claro: las universidades que más avanzan son aquellas que tratan la empleabilidad como una prioridad estratégica, basada en datos y centrada en el estudiante. Un factor determinante detrás de esto es que los estudiantes y los padres están prestando cada vez más atención al retorno de inversión de los programas de educación superior.
“Los estudiantes de hoy no solo buscan obtener un título. Están invirtiendo activamente en sus futuras carreras”, señaló Small. “Y no son solo los estudiantes: padres, administradores y gobiernos también están impulsando esta agenda. Hace apenas una década, los ‘resultados estudiantiles’ en la educación superior solían referirse a la retención y las calificaciones. Hoy, indiscutiblemente, significa resultados de empleabilidad”.
Small también habló sobre las oportunidades únicas que ofrece la educación superior en América Latina. “La educación superior en América Latina no es solo una actividad académica. Es el motor más poderoso de movilidad social y transformación económica disponible para nuestras sociedades”, explicó. “La pregunta no es si debemos invertir en empleabilidad y resultados profesionales, sino qué tan rápido podemos escalar nuestro impacto”.
Un informe de la Unesco de 2025 sobre el papel de la educación superior en el impulso de la empleabilidad describe seis estrategias basadas en evidencia para transformar el éxito profesional de un privilegio en un derecho universal. Estas son medidas inmediatas que las universidades de América Latina podrían adoptar para mejorar la equidad en los resultados estudiantiles. “La empleabilidad ya no puede ser algo que ocurra solo para estudiantes con conexiones o privilegios económicos”, enfatizó Small. “Debe convertirse en un compromiso sistemático que cada institución asuma con cada estudiante”.
A pesar de los grandes esfuerzos que se realizan en torno a las iniciativas de empleabilidad en América Latina, las instituciones suelen enfrentar desafíos como la fragmentación y la limitada infraestructura de datos. “Para cumplir con el marco de la Unesco y crear estrategias de empleabilidad verdaderamente equitativas, basadas en datos e integrales, necesitamos infraestructura conectada que integre cada punto de contacto en el recorrido profesional del estudiante”, explicó Small.
El éxito de los egresados va más allá de implementar las últimas herramientas o crear vínculos con la industria, afirmó Small. Es un desafío humano que requiere generar las condiciones necesarias para que cada estudiante pueda desarrollarse profesionalmente. “La equidad debe integrarse desde el inicio, no añadirse después como un complemento a los servicios institucionales”, concluyó.
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